Clásico y típico. Queremos que todos y todo lo que está a nuestro alrededor cambie, pero no queremos cambiar nosotros mismos, ya que uno siempre cree que es perfecto. Hay una cita que dice “Aunque nada cambie, si uno cambia, todo cambia”. Enfoquémonos en que el cambio sea en uno mismo. A partir de ahí, se da el efecto dominó y comenzamos a ver que las cosas comienzan a encajar como piezas de lego. ¡Feliz semana!.

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