Es cierto que todos arrancamos con inicios diferentes. Podemos decir que algunos son más afortunados que otros. Recuerdo que cuando era niño, mi vecino tenía Atari y mis hermanos y yo no teníamos. Nosotros queríamos un Atari pero en ese entonces mi papá no tenía dinero para regalarnos uno. Es correcto que ayuda un poco la situación de cómo y dónde naces, pero lo que importa más es cuánto avanzas en la vida. El inicio es un elemento, pero no lo es todo. Como dice Bill Gates “si naciste pobre, no es tu culpa, pero si mueres pobre, sí es tu culpa”.

Suscríbete al boletín.

Suscríbete al boletín.