A veces hay que desaprender para aprender. Todos inconscientemente tenemos algunas creencias que son obsoletas y nos frenan. Especialmente los que ya estamos menos jóvenes que creemos que nos la sabemos toda pero también sucede con los jóvenes por su inmadurez. Por ejemplo, para aquellos que no pueden controlar sus emociones, hay que desaprender que las cosas no se resuelven con amenaza o con reclamos fuera de lugar. Si hay algo en que la empresa hizo un error, bueno, se platica de manera educada y civilizada para buscarle la solución a los problemas. El o la que cree que a punta de amenazas o gritos se resuelven las cosas, lamentablemente no hay lugar para personas así. Por eso digo que hay que desaprender para aprender. Desaprender lo malo y aprender lo bueno.

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