Hay días en los que uno se siente súper motivado, y hay otros días en los que uno se siente desanimado. Lo mismo ocurre con la inspiración: algunos días las ideas fluyen fácilmente en la mente, mientras que otros días uno se siente perdido. Sentirse así es parte de ser humano, pero no podemos dejar que la consistencia esté a merced de nuestras emociones.

La consistencia se basa en los hábitos: hacer ejercicio incluso cuando no tenemos ganas, o hacer lo que nos comprometimos a hacer el día que dijimos que lo haríamos. Una vez que construimos hábitos, todo se vuelve más fácil porque tu mente y cuerpo ya saben qué hacer.

Suscríbete al boletín.

Suscríbete al boletín.