La paradoja del crecimiento personal es que a veces es necesario tocar fondo para poder crecer. Uno pensaría, y me incluyo, que no es necesario llegar tan bajo para crecer, pero así es la vida. Es como el dicho que dice: «Uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde». Lo positivo de tocar fondo es que no hay plan B. El único plan posible es salir del hoyo, y es en ese momento cuando comienzan a producirse los cambios. Aunque es fácil decirlo, podemos ver las crisis como la antesala a cosas buenas.

Suscríbete al boletín.

Suscríbete al boletín.