Hay una frase que dice: «Si no tenes nada bueno que decir, es mejor no decir nada». Aunque intento conscientemente evitar decir lo que no debo, siempre caigo en la trampa. Es difícil controlar los impulsos de decir cualquier cosa cuando uno está lleno de frustración o molesto.  Dicen que el ser humano es racional, pero la verdad es que somos más emocionales que racionales. Una muestra de ello es cómo nos afectan esos casi 70 mil pensamientos negativos diarios qué pasan por nuestra mente.   Por mi lado seguiré esforzándome en no decir lo que no tengo que decir porque las palabras mal dichas hacen daño.

Suscríbete al boletín.

Suscríbete al boletín.