Existe la falacia de que el cliente siempre tiene la razón, pero esto no es cierto. Si bien es importante escuchar a los clientes, hay algunos que creen que tenemos que aguantar su mala educación y malcriadez. La solución es que toda la organización conozca las políticas de la empresa para poder explicárselas a los clientes, además de saber decir «NO» cuando el cliente no tiene la razón. No tengamos miedo de decir las cosas como son y si se molestan, lo siento por ellos.

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