¿Existe el trabajo perfecto? No existe una empresa perfecta ni un jefe perfecto. Sin embargo, cuando aceptamos un trabajo, nos comprometemos a hacerlo de la mejor manera posible siguiendo las indicaciones de la empresa. ¿Por qué? Porque así son las cosas, aunque no siempre nos gusten.  No debemos permitir que nuestras emociones controlen nuestro razonamiento. Las emociones son traicioneras y no siempre nos llevan a tomar las mejores decisiones. Lo que quiero decir es que seamos prácticos y realicemos nuestro trabajo con buena actitud. No lo hagamos por la empresa o por el jefe. Hagámoslo por nosotros mismos, porque no hay nada peor que hacer las cosas mal.

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