Existe el mito que los emprendedores o empresarios que tienen sus propios negocios son todos personas exitosas, que tienen la suerte de que sus negocios siempre generaran utilidades. Si bien es cierto hay casos de éxito, la verdad es que la mayor parte de los emprendedores luchan por cubrir el pago de operación del negocio. De hecho, según las estadísticas publicadas por Small Business Administration (SBA), en USA el 50% de los pequeños emprendimientos quiebran en los primeros 5 años de operación. No conozco la estadística en Nicaragua pero seguramente el porcentaje de empresas que fracasan es mayor.
Hablando sobre este tema con un grupo de amigos empresarios, uno de ellos me recomendó leer PROFIT FIRST del autor Mike Michalowicz y una de las cosas que planteó en el libro me hizo reflexionar de que debemos cambiar la manera de manejar el negocio ya que la realidad es que las empresas se crean para que sean rentables y generen beneficios a sus accionistas.
Dicho lo anterior, la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿qué es lo que aspira un emprendedor cuando inicia un negocio?. Aparte de trabajar en lo que le apasiona, en el fondo lo que queremos es mejorar nuestra calidad de vida, aspirando a tener mejores ingresos y a tener libertad de tiempo para tu familia y hobbies, sin embargo lo que normalmente sucede es que uno se vuelve esclavo de la empresa, trabajando 7 días a la semana y casi nunca ves utilidades porque se prioriza el pago de salarios, gastos de operación, impuestos, reinversión, etc. Estoy seguro que a muchos que están leyendo este blog les ha pasado esto o les está pasando en este momento.
Lo que debemos hacer es comenzar a pagarnos utilidades inmediatamente, así como mensualmente le pagamos al fisco el 1% de las ventas en concepto de Impuesto de la Renta sobre una utilidad que el negocio no ha generado. Es decir, en nuestra legislación una empresa puede generar pérdidas al final del periodo fiscal pero el fisco siempre recibe su 1% de IR sobre los ingresos, mientras que el dueño de la empresa se queda con la pérdida. Interesante, no?
Bueno, ese tema es para otro blog, pero lo que Mike Michalowicz propone es que debemos disciplinarnos para que el mismo día que le pagamos al fisco el 1%, ese mismo día también emitir un cheque por el mismo valor en concepto de utilidades. Yo sé que la primera objeción que van que hacer es que el flujo de caja no lo permite o que las ventas están muy bajas, para lo cual el autor recomienda las siguientes dos acciones inmediatas:
- Cancelar todos aquellos costos que no sean necesarios para ayudar a que su negocio funcione de manera eficiente. Lamentablemente eso implica en algunos casos despedir personal.
- Renegociar todos los contratos y servicios que se decidan conservar que permitan mantener a los clientes satisfechos.
El punto es basta de dejarnos de último y adecuemos la organización para que siempre tenga capacidad de pagarle utilidades a los fundadores. No es posible que el fisco reciba siempre ingresos todos los meses en concepto de IR independientemente si la empresa genera utilidades o no, mientras el emprendedor/empresario que todos los días arriesga su patrimonio y que pone todo su esfuerzo, reciba de último o nunca reciba el beneficio de su trabajo.